Pordioseros










Los sonidos animosos parlotean derredor,
¡Callen!
Oír tanto y no entender, conspicuos teoremas
cada cual, cada quien: Idiomas disímiles de todos
y el mío anverso, el confuso ¿Con quién hablo?
Solo, estoy muriendo en la plaza
y caminan las ostras paupérrimas
en el cuello de ella, la del abrigo de piel.

Los tacones suenan en clave Morse ¡Véanme!
Nadie bate a la puerta del ágora,
el ágora está muerta, la pasarela y su agujero fusco.

¿Me arrebatas las monedas? ¡Ea!
Esta esquina es mía y las suculentas piedras al horno.
Mano extendida, limosnero y caza de alpiste.
Doradas fraguas robando esquinas humanas…

Caminan los señores en sus charoles,
charoles y cueros llenos de lodo.
¡Llueve! Los cabellos se rizan,
todos corren menos yo…
Cubren las vergüenzas que destapan
las gotas en sus blancos linos tejidos.

-- ¿Mis cartones robas?
Pordiosero de limosnas, ahora tú y luego yo.

Eduardo Matamoros
15/01/2009

3 comentarios:

Tanto que pedir, tanto, tanto...

 

Eres único...

"Los tacones suenan en clave Morse ", una imagen excelente. No dejes de escribir, quizá sea lo único que demuestre que pasamos por este mundo.

Ysa

 

Quizás... Pero siempre he pensado que hay más.

 

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