Boceto

Parodiar la sombra del ayer sin más que en rima espiral,
como el invierno que vuelve, como el otoño que duerme,
como el rosal muriendo y muriendo, como la espina,
como la rima, los caracoles en tintas de folias rojas, tenue.

Prefacios tercos y andariegos, epílogos sueltos de antojos,
caminos torcidos, cuerpos pueblan los caminos,
¡tierras sueltas!
tierras sueltas sin paz y plantas llenas de espinos.

Que suenen las cuerdas, y los silbidos adornen los bronces,
que pinten los trovadores o escriban los pintores,
quizás los libros en la mente, por el amor del día
les pinte mejor el poeta en colores.

Intentar rimar, o buscar palabra inadecuada,
el sentido es atinar, bien sea con la fina acuarela
o el carbón de la mina austera, el boceto que se plasma,
muriendo el verano, tañendo primavera,
los colores los da el alma, los que mira amante en ceguera.

Eduardo Matamoros
24 de Febrero, 2010

Ventrílocuo

Habla de tu ayer, digitaron los dedos.
El ayer de telas y cueros entre ramas y animales.
Tejido en correrías y excites de huracán,
del dolor de desprenderte o lo que fueras.
Ahora cocido, obligándote a decir lo que no quieres.

Di esto y lo otro, di que estas feliz y que emocionas,
que a la ausencia de la sangre eres inerte y que la savia
de tu piel era tormento quemante en nervadura.
Hacer fotosíntesis ¿Para qué? ¿Para ser comido?
Estar en lo más bajo y en la anchura piramidal viviente.
Ser bestia mordaz, rapaz, deglutir, luego la siesta,
después, después morir en silencios de campaña de caza.

A las ruecas que amoldan las figuras, los hilos y agujas.
A los dedos que guían, fonemas robados en gasto inútil.
Y que rían ellos con voces a fuerza de interés monetario.
Pan y circo, más pan y circo.
Lávate la cara y duerme, enjuga las gotas y reposa, payaso.

¡Háblame!
¿Cómo estás?
¿Estoy como tú quieras?
Mueve los dedos izquierda y derecha, arquea al Norte
y estaré feliz, fácilmente sonriente. Yo seré, seré un deleite.

¡Llora muñeco! Solloza, como sólo tú lo sabes.
¿Precisas recuerdos?
Roba recuerdos raquídeos, de cara paralítica
a espejos de tela cual reflejos mágicos.

Eduardo Matamoros
15/12/2008

Involución



Despoja las hadas de la mente,

¡No todas!

Que permanezcan aquellas que puedan entender.

Regresa a la cueva. Involuciona, refrena la inercia.

Los sabios regresan al vientre carmesí del silencio,

ahí se sabe encontrar todo lo evocado,

entre los sueños de leyenda,

o en los anaqueles de la nada.


Ya no hay esfuerzo,

ni el castigo de eterno faena,

correr entre el morir de ansiar bocado.

El cordón le alimenta, le sacia el hilo cosido.

Son los líquidos su cama, un mundo trillado.

Los recuerdos debiesen ser muchos pero faltan.

Orbe privado en lo remoto en nutrida expectación.


El viento no seca el rostro, ni las palabras agitan.

Cualquier vocablo es apenas un eco perdido.

Rompen los silencios el murmullo de una bomba

que mueve constante los fluidos escarlata.

Hace un dique para frenar el inminente rompimiento.

Es la fuente latente de reventar y filtrar cual rio.

Es regresar al todo, tornar al transitorio,

Comer y vivir, sufrimiento,

ganancia o perdición, apariencia.


Estado eterno imposible,

Sucesión de regreso imperioso.

Se rompe ya, otra vez la luz.


Eduardo Matamoros

30/10/2008

Ensayista de pintor



Rígidas las hojas dicen ser cemento,

cayendo los pétalos de acero entre esquirlas sueltas,

y lanza proyectiles aquelarre reconcomio,

suave canto entre vahos y chispas del afluente,

cuando los respiros son agitados, cuando…

Donde hierven las fauces del arroyo,

donde el mar es canto

y la montaña repuja cintos tersos.

Abajo los pizcos blanco y negro en comparsa,

ceguera esperada, silencio cósmico y sus luces,

alba, mañana, tarde, noche y la mirada

¡Ah! la mirada… Las amarras del tallo,

hiedras alpinistas y sus ansias.

Los huracanes que suelta el cuello

del jade que nomás deja admirarse,

y mejor callar cuando apenas se esboza,

cuando apenas el temblor domina al pintor,

y ver caer los lienzos y decir: no puedo,

decir que lo bello no se refleja en el lienzo pasajero

ni se escribe la hermosura en el vulgar papel…

Ni… Ni me atrevo…

Eduardo Matamoros

28/03/2009