Ensayista de pintor



Rígidas las hojas dicen ser cemento,

cayendo los pétalos de acero entre esquirlas sueltas,

y lanza proyectiles aquelarre reconcomio,

suave canto entre vahos y chispas del afluente,

cuando los respiros son agitados, cuando…

Donde hierven las fauces del arroyo,

donde el mar es canto

y la montaña repuja cintos tersos.

Abajo los pizcos blanco y negro en comparsa,

ceguera esperada, silencio cósmico y sus luces,

alba, mañana, tarde, noche y la mirada

¡Ah! la mirada… Las amarras del tallo,

hiedras alpinistas y sus ansias.

Los huracanes que suelta el cuello

del jade que nomás deja admirarse,

y mejor callar cuando apenas se esboza,

cuando apenas el temblor domina al pintor,

y ver caer los lienzos y decir: no puedo,

decir que lo bello no se refleja en el lienzo pasajero

ni se escribe la hermosura en el vulgar papel…

Ni… Ni me atrevo…

Eduardo Matamoros

28/03/2009

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