Retumbos de marcha y tambores de gloria,
son vivaces los sonidos de la mañana encendida.
Y los pregones abundan al rumor de una selva en cuna.
Es el flameante gemido de la febril parturienta...
en tanto los párpados se abren a la vida
y al filo del navío se hace el azul espuma,
el fuerte abrazo de la vida ensordece la sombra.
Y ese rumor rumoroso del mar y sus olas,
y ese brillo del sol estridente entre piel y roca,
ese brillo de sal nutriendo el estero
y estos fuertes ruidos de tus labios en mi boca...
Eduardo Matamoros
10- 10 - 2010
Ruido
Publicado por
Eduardo Matamoros
en
5:39
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